Cientos de mujeres, con cuerpos pintados y pancartas, desfilaron el sábado por las calles de Quito para exigir la abolición del machismo y la violencia de género, en la“Marcha de las putas”. Sin lugar a dudas, las mujeres han sido marginadas y discriminadas durante siglos, solamente por su condición de género. Frente a ello, la cultura patriarcal en la que vivimos se ha servido de su poder y fuerza para reforzar los imaginarios acerca de la “inferioridad“ de la mujer.
Sin embargo, este tipo de protestas evidencian que las mujeres no han apagado su voz y mantienen una lucha vigente por la búsqueda de una sociedad equitativa, que brinda igualdad de condiciones a todas las personas, dejando de lado los prejuicios sexistas que impulsan a los seres humanos a ser más estigmatizadores y violentos.