Indignación tras la violencia

La Policía Judicial continúa con las indagaciones respecto a la muerte de Cristian Calvache, muerto en el Estadio de Liga de Quito.

Por el momento las autoridades revisan minuciosamente los videos del circuito cerrado del estadio.
Entre tanto, el hermano del occiso, Mario Calvache, se acercó a las instalaciones de la Fiscalía para poner la denuncia formal a los dueños del estadio donde se suscitó el hecho, porque según los afectados se debieron tomar las precauciones necesarias en la seguridad de los asistentes.
Por su parte, Esteban Paz, presidente de la Comisión de Fútbol del conjunto ‘Albo’, afirmó que ya pidió los informes necesarios sobre lo ocurrido.
Así mismo, el Coronel de Policía, Santiago Rosero, compartió los detalles que ha arrojado la investigación. Según su informe, la víctima falleció cuatro horas después de iniciado el partido. Y según también los testimonios del hermano y un amigo del fallecido, todo se originó en el momento que Calvache no accedió a brindarle cerveza a uno de los aficionados. lo que le llevó a que le propinen un golpe de puño que causó que la víctima cayera y se golpeara el cráneo en una grada.
El ministro del Deporte, José F. Cevallos, declaró que se impondrán sanciones más duras y se incrementarán las seguridades en los estadios.
El velorio se llevó a cabo en la Funeraria Nacional de Quito y el sepelio se realizó en el cementerio de El Batán, en medio de la conmoción de sus familiares.

Ya existen tres precedentes

Desde hace varios años ya se han lamentado muertes, tras la fiesta del fútbol en los estadios.
En el 2007, Carlos Cedeño de 9 años, murió en una suite del estadio Monumental, por el impacto de una bengala asesina.
En el 2009, un joven murió apuñalado tras un enfrentamiento entre las barras de Liga y Deportivo Quito, realizado en el estadio Atahualpa.
En el mismo año, David Erazo, simpatizante de El Nacional fue apuñalado en las afueras del estadio ‘Albo’, tras una riña.
En el 2011, Marcos Rodríguez de 28 años, encontró la muerte tras la golpiza que recibió en un partido entre el Ídolo del Astillero y Liga en Guayaquil. Cuatro actos de barbarie.