La Policía Nacional incautó 440.000 municiones para fusil y 500 cartuchos de escopeta que, aparentemente, iban dirigidos a grupos irregulares de Colombia.
El cargamento ilegal había sido embarcado en la ciudad de Cuenca y enviada a través de un correo privado hacia Tulcán.
Dos personas fueron detenidas en la operación, aunque un juez no aceptó el pedido fiscal de detención
La decisión del magistrado fue criticada.