Édison Cosíos, estudiante del Colegio Mejía, quien fue herido con una bomba lacrimógena durante una protesta estudiantil, fue intervenido quirúrgicamente por décima vez.
Vilma Pineda, madre del joven, afirmó que los galenos no han dado mayores esperanzas, sobre la salud de su hijo.
El estudiante está en estado vegetativo y además existe un alto riesgo de que se contagie con bacterias hospitalarias por sus bajas defensas y su alto grado de desnutrición.
Han sido 5 meses de sufrimiento para la familia del menor que aún desconoce quién fue el responsable de la tragedia.
Los médicos de la casa de salud donde se encuentra, aseguran que médica y científicamente han hecho todo lo posible por Édison. Se espera que en 15 días se lo lleven a su casa.
