1. Aceptarse mutuamente, sin esperar la perfección, aunque lógicamente el balance de lo que agrada ha de superar con creces al que desagrada.
2. Respeto, que significa no causar daño a la pareja, ni físico, ni emocional, ni psicológico.
3. Aceptación, que supone el compromiso personal de admitir a la otra persona como es, sin reproches ni exigencias.
4. Generosidad recíproca, pues las relaciones se consolidan con lo que ambos se aportan mutuamente.