La seducción es un arte que carece de reglas estrictas. No hay fórmulas para el éxito. Por tanto, debemos huir de supuestas «tácticas» infalibles y creer en nuestra capacidad de conseguir aquello deseado. Ante todo, hay que confiar en uno mismo. La inseguridad es un enemigo. Cuando aparece, perdemos toda la naturalidad y nos obsesionamos con un hipotético fracaso que, aunque en ese momento no sea realidad, a la larga puede ser posible, a menos que cambiemos de actitud