«Antonio Naverrete, es un compatriota oriundo de la Provincia de Santo Domingo. Se fue del país hace nueve años y ha sido testigo de la crisis que España vive en estos momentos. En esta ocasión, quiere dejar un mensaje para las personas que están pensando abandonar el Ecuador, en busca de nuevos horizontes.
» Hace nueve años, nuestro país vivía una crisis muy fuerte. Era difícil encontrar trabajo y muchos ecuatorianos perdimos nuestros ahorros.
La cosa estaba muy difícil, por eso me fui y nunca me imaginé que después de pocos años la situación en España iba a ser peor que la que viví.
Estoy desempleado desde hace siete meses y encontrar trabajo, se ha vuelto misión imposible. Por el momento estoy viviendo con el «subsidio del paro.»
Menos mal, tengo a mi familia que me ayuda, de lo contrario estaría muriéndome de hambre. Realmente, hay mucha gente que no tiene que comer y utiliza este subsidio para comprar los pasajes y regresar.
Recomiendo a todos los ecuatorianos que quieren ir a España, que lo piensen dos veces. Es preferible quedarse aquí y comer fiando en la tienda, que morirse de hambre en un país ajeno.
Allá los latinos somos mal tratados y abusados. Para algunos españoles, los migrantes somos burros de carga. Nos hacen trabajar 12 horas seguidas y cuando llega el momento del pago, nos dan menos de lo acordado. Si el perjudicado no tiene papeles, no puede protestar, pues enseguida le mandan a la «migra».
Los ecuatorianos somos gente alegre. Nos gusta la bulla, el baile, las fiestas, jugar fútbol y reunirnos con los amigos. Allá, eso es imposible, pues multan solo por escuchar música con el volumen alto.
Yo extraño mucho mi tierrita. En un par de años voy a regresar definitivamente. Por el momento, tengo la esperanza de que la situación se mejore, para ahorrar un poquito de plata para montar un negocio. No quiero ser una carga para mi familia.
Reitero mi consejo para mis compatriotas y les digo que no abandonen el país. Aunque no lo crean, la situación en Europa es más difícil que en Ecuador. No vayan a pasar hambre allá».