Danilo, 30 años. Por casualidades de la vida, me enamoré de una chica de 20 años. Siempre me porté muy bien con ella, pues pensé que era una niña tierna, pero me equivoqué. Un viernes me dijo que quería salir con sus primos y que no me podía llevar. Lo cierto es que siempre confié en ella y no me importó. Decidí salir a tomar una cerveza a un bar y apenas entré, la vi besándose apasionadamente con su primo. Resultó que el dicho: «A la prima con la pierna encima», se cumplía a cabalidad en este caso, pues el par de mocosos eran amantes y se agarraban cada que tenían ganas. Bien dijo mi madre: «El que con niños se acuesta orinado amanece»
Mi querido Danilo:
La edad no garantiza la inocencia. Lamento que hayas vivido ese episodio desagradable, ya encontrarás a la mujer adecuada. Evita realizar juicios de valor y continúa con tu vida.
Tu amiga Conchita