Luego de diez años de lucha, más de dos mil niños fueron rescatados de los basurales del país. Esto, tras una compleja batalla para erradicar el trabajo infantil.
Aunque el hecho de que regresen o que otros grupos de niños en estado de vulnerabilidad caigan en este trabajo, sigue latente.
Ahora, el programa debe seguir adelante, más allá de la educación. Pues el Ministerio de Salud debe hacerse cargo de los menores, ya que trabajar en medio de la basura es un peligro para la salud. Además, también se debe trabajar en torno a las familias, que se ven obligadas a hacer esta labor y que involucran a sus hijos.
La legislación ecuatoriana deberá también penalizar fuertemente la explotación infantil, pues va en contra de sus derechos.