Mendoza (Argentina), 2 jul (EFE).- A dos días del debut en la Copa América el técnico de la selección de Uruguay, Oscar Washington Tabárez, parece distendido y tiene razones para ello, con los goleadores Forlán, Suárez y Cavani a pleno el entrenador celeste tiene «plata en el banco».
Tabárez suele ser correcto pero algo distante con la prensa, sin embargo hoy pareció más distendido y hasta se permitió bromear en su primera conferencia de prensa en la ciudad de Mendoza de cara al debut del lunes frente a Perú.
«Pensé que no me lo iban a preguntar», dijo con una poco habitual sonrisa en los labios el entrenador uruguayo tras ser interrogado sobre la alineación de los celestes para el debut.
El técnico no solo confirmó el once titular, sino que destacó su confianza en una buena actuación de su equipo en el torneo y celebró el poder ofensivo de su plantilla con los «cañoneros» Forlán, Suárez y Cavani.
El experimentado Forlán, de 32 años, y dos veces máximo goleador de Europa en las temporadas 2004-2005 y 2008-2009, es sin duda «la figura» del equipo.
Pese a que en los últimos meses jugó menos en el Atlético de Madrid, según él mismo comentó por un tema de enfrentamiento personal con el ex técnico Enrique «Quique» Sanchez Flores más que por su nivel de juego, el ídolo uruguayo se transforma cuando se coloca la camiseta celeste.
La portería rival se le agranda como quedó de manifiesto en la Copa del Mundo donde marcó cinco goles y compartió el primer lugar entre los máximos «rompe redes» y llevó a 29 su cuenta con la celeste.
Hoy Forlán alertó sobre sus intenciones en la Copa América. «Estoy bien físicamente, me preparé para este torneo y tengo muchas ganas de seguir colaborando para que Uruguay mantenga o mejore la imagen que dejó en Sudáfrica», sentenció.
Suárez y Cavani también colaboran para que Tabárez, al menos en lo previo, duerma sin pesadillas.
Tras sumar goles y premios en el holandés Ajax, Suárez está de a poco justificando haber sido el traspaso más caro de un futbolista uruguayo en la historia y por quien el Liverpool inglés pagó 26 millones de euros.
De su velocidad y potencia depende en buena medida el éxito del contragolpe uruguayo. Su puntería sigue fina.
Para completar un tridente que ya querrían muchos seleccionadores, Edinson Cavani, continúa goleando con el italiano Nápoles.
El «Edi», como le dicen sus compañeros, «explotó» hace un año poco antes del Mundial. Pasó de ser pieza de recambio a titular indiscutible en el once celeste y a su olfato y buena ubicación para llegar repetidamente al gol le agrega un gran despliegue físico y sacrificio táctico que le llevaron a ganarse el reconocimiento de Tabárez y los uruguayos.
En las piernas y cabeza de los tres se sostiene la mayor parte de las ilusiones y esperanzas de Uruguay que llegó a Argentina con una buena imagen y el deseo de sumar su decimoquinto título de la Copa América, una amiga fiel durante décadas pero que desde hace 15 años le resulta esquiva. EFE