La construcción del ferrocarril del Ecuador constituyó un símbolo de unidad nacional que ayudó al progreso del país. El precursor de la obra fue el presidente Gabriel García Moreno, pero fue Eloy Alfaro, el ‘Viejo Luchador’, quien concluyera con éxito la obra a principios del siglo XX. Muchas vidas se perdieron en la construcción de lo que hasta ahora se considera ‘el ferrocarril más difícil del mundo’, debido a la irregular geografía de los Andes ecutorianos. Actualmente, este medio de transporte sirve como atractivo turístico utilizando varias rutas. En el trayecto Riobamba – Nariz del Diablo, el tren desciende 800 metros en un zig-zag cavado en la formación rocosa, que por su dificultad y forma, fue denominada con esta alusión al demonio. Esta bajada permite sentir el cambio de climas desde el altiplano hasta el Litoral. La Empresa Nacional de Ferrocarriles ha trazado proyectos de reingeniería para optimizar este servicio, que permitirá recorrer distintas regiones del país, ayudando así a las comunidades a estructurar un turismo sustentable.