La naturaleza no da tregua a los habitantes de esa zona. Temen que sus hogares se derrumben y rueden por la ladera.
En la Etapa F del sector de Carapungo, al norte de la capital, 200 familias corren el riesgo de perderlo todo, debido al deslizamiento de un talúd de tierra que dejó en evidencia las condiciones bajo las cuales fueron construídas las viviendas.
La ladera está cediendo por la fuerza del viento y del polvo. Los moradores del lugar temen que en cualquier instante sus casas se vayan por la quebrada. Al momento tres familias ya han sido evacuadas.
“El domingo a las 08h00 sentimos un estruendo terrible, cuando salí a ver gran parte de mi patio estaba cuarteado”, confirma Elizabeth Osejo, una de las pobladoras afectadas.
Nina Ruales, habitante de la localidad, manifiesta que en el caso de que los derrumbes empicen a ser más constantes se deben tomar medidas de seguridad prácticas para evitar que se desencadene una caída masiva de domicilios.
Técnicos del Municipio acudieron e hicieron el levantamiento de información sobre el riesgo en esta zona. La evaluación preliminar determinó que existió una gran erupción de la base del montículo de tierra principal de la pendiente.
Una cancha está en el aire
El terreno de juego ubicado en la Etapa F, que fue edificado gracias a un esfuerzo conjunto de la comunidad, está literalmente en el aire a causa de estos incidentes. “Los pequeños juegan sobre un gran riesgo. Las mallas están casí colgadas, ya no tienen de que sostenerse”, señala Marcia Galarza, moradora del sector. Al momento los pobladores esperan una solución del cabildo.