El 24 de mayo de 1981, el avión que transportaba al presidente Jaime Roldós se estrelló contra el cerro de Huayrapungo. Además del presidente, murieron todos los demás pasajeros de la nave: su esposa Martha Bucaram, el ministro de defensa Marco Subía Martínez y su esposa, así como otros dos militares y tres acompañantes.
Las circunstancias y las causas del siniestro no han sido definitivamente aclaradas. La polémica en torno a las causas del accidente en que murió Roldós surgió inmediatamente después de ocurrido el percance, cuando la Junta Investigadora de Accidentes (JIA) de la Fuerza Aérea Ecuatoriana atribuyó la responsabilidad a un error del piloto, supuestamente sometido a una carga de trabajo excesiva. La comisión parlamentaria que se formó meses después ante la insistencia de sectores políticos afines al presidente y de familiares de las víctimas, evidenció contradicciones e inconsistencias en el informe de la JIA pero no pudo llegar a conclusiones definitivas. Uno de sus aportes más significativos, sin embargo, lo constituyó el peritaje que solicitó al departamento de investigación de accidentes de aviación de la policía de Zurich que, en 1982, estableció que los motores de la nave habían estado inactivos cuando el aparato impactó la montaña. Esta conclusión pericial, que contradecía al informe de la Fuerza Aérea, no mereció ninguna investigación ulterior de parte del gobierno o la fiscalía ecuatoriana.