Las principales vías del norte de la capital resultaron inundadas producto del mal sistema de alcantarillado y del fuerte temporal.
Eran las 14h30 de la tarde, cuando en el norte de la capital, los nubarrones empezaron a tornarse más oscuros. De pronto, un fuerte rayo anunció el acercamiento de las lluvias. Las primeras gotas comenzaban a caer en las aceras y el asfalto de la avenida Amazonas, a la altura del parque La Carolina. Conforme transcurrían los minutos, el agucero empezaba a tomar fuerza. Las principales rutas del norte de Quito, como la La Y, los Shyris y la Río Coca, comenzaron a sufrir embotellamientos de automotores. Por ello, los conductores pugnaban por un espacio para poder circular en medio del poderoso torrencial.
Habían transcurrido cerca de 20 minutos desde que las primeras gotas cayeron en todo el sector, cuando otro poderoso rayo causó un estruendo en los cielos, y el granizo se hizo presente de manera abrupta sobre toda la zona. Mientras los pocos transeúntes que aún quedaban en las calles se ponían a buen recaudo debajo de los techos de la Plaza Deportiva, ubicada entre la Amazonas y Villalengua, en el intercambiador de la Y, el sistema de alcantarillado colapsó. Las tapas que lo recubrían salieron volando, provocando que toda la vía se inunde. En este lugar, los vehículos ya ni siquiera podían circular, debido a que el agua alcanzó más de un metro de altura. Minutos más tarde, los bomberos acudieron al sitio para rescatar a algunos usuarios de dos unidades del Trolebús que se habían atascado en medio del diluvio. Las labores de salvataje iniciaron. Botes inflables sacaban a los ciudadanos del transporte público, en medio de una auténtica laguna, en tanto que algunos socorristas trataban de remover el agua hacia otro espacio.
La intensa lluvia bajó su intensidad. El granizo dejó de caer, y con ello una aparente calma en el sector. Cuando de repente los techos de cielo razo que cubrían los locales comerciales de la Plaza Deportiva, empezaron a fisurarse. En ‘Las Menestras del Negro’, una pareja observaba con asombro lo que sucedía afuera, y entonces comenzaron a percibir como las mismas gotas que caían en la calle, lo hacían en el interior del restaurante. Sus platos de comida se mojaron y ambos decideron salir de inmediato, al ver que a través del techo un grueso chorro de agua descendía hasta su mesa. Jorge Estrella, gerente del establecimiento, ordenó a todos los trabajadores, que evacúen a los comensales y comentó que estas anormalidades se producen por la mala calidad de los materiales, con los que están construídos. En otros tres locales de comidas de la plaza también ocurrieron incidentes. En el ‘Lai Lai’, una plancha del techo se vino abajo, en el ‘Corral’ ocurrió un caso similar y finalmente el ‘Café Juan Valdez’ se inundó por completo. Otras vías también sufrieron daños.