El ídolo agita la capital y las sedes de sus partidos, todos los domingos. La parcialidad oriental ha vuelto a las gradas para apoyar el ascenso.
El esfuerzo mancomunado brota desde todos los niveles. La dirigencia que preside Alberto Ayala, en conjunto con Luis Albán, dos auquistas de cepa, que han tomado las riendas del club con inmenso sacrificio y responsabilidad, es el punto de partida de un proyecto que quedó trunco en la orilla, la temporada pasada.
La plantilla está tranquila, pagada a tiempo, con las comodidades que requiere un equipo profesional, gracias al esfuerzo de la mencionada dupla directriz, que ha escarbado fondos, con una encomiable autogestión, que siente la hinchada, que ha vuelto con todos los bríos a copar las gradas, en una muestra de sensibilidad y pasión, que no tiene parangón. El ídolo está vivo y esa es una sensación que conmueve.
Otro tema a destacar es la elección del técnico. Alfredo Encalada es un profesional probado, con enorme conocimiento del medio futbolístico. Un profundo estudioso, que maneja las tácticas con enorme solvencia. El ‘Flaco’ es un ganador. Siempre lo fue. Su espíritu indomable, jamás será olvidado por la hinchada azulgrana, que lo reconoce como su histórico capitán. Es importante su mensaje de garra y temperamento. Ese fue el himno de combate de Aucas, desde los tiempos de los Garnica, los Pozo, los Ochipinti, los Garcete y compañía, que hicieron grande a la divisa. Este proyecto está en buenas manos. Hay compromiso. Así lo entiende el plantel que deja la vida en cada partido. Falta mucho por recorrer, pero el arranque dice, que el lema es: ahora o nunca. La pasión está intacta. El corazón auquista no ha dejado de latir.
Por: Raúl Cruz Molina