Vie. Nov 22nd, 2024

Cientos de personas protestan ante la sede de la ONU en Afganistán. Barack Obama condena la intolerancia religiosa. La profanación del Corán por parte de extremistas religiosos en Estados Unidos ha sacado  a las calles de la ciudad afgana de Kandahar a cientos de manifestantes que han expresado su malestar por la quema del libro sagrado y su rechazo a la presencia occidental en el país. El fin de semana pasado, una multitud tomó por asalto la sede de la ONU en la ciudad de Mazar e Sharif, al norte de Afganistán, y asesinó a ocho empleados de ese organismo internacional. En otro incidente, cuatro terroristas suicidas intentaron sin éxito forzar su entrada en Camp Phoenix, una base militar estadounidense a las afueras de la capital afgana, Kabul.
Por otro lado, el presidente estadounidense, Barack Obama, condenó la quema del Corán por parte de una pequeña comunidad religiosa extremista de Florida que ha desencadenado una oleada de ataques en Afganistán. El presidente afgano, Hamid Karzai, expresó sus  sentidas condolencias al secretario de la ONU, Ban Ki-moon, a la vez que se  comprometió a investigar a fondo el ataque y llevar a todos los responsables ante la justicia.

Evangélicos siguen desafiando

El pastor evangélico Wayne Sapp, quien prendió fuego al libro sagrado en una iglesia de Florida, afirmó que el Corán había sido declarado culpable de diversos crímenes y que por tanto había que ejecutarlo. Mientras que el impulsor de este hecho, el pastor Terry Jones, ha anunciado una manifestación ante la mezquita más grande de EE.UU.

 

por parte de extremistas religiosos en Estados Unidos ha sacado  a las calles de la ciudad afgana de Kandahar a cientos de manifestantes que han expresado su malestar por la quema del libro sagrado y su rechazo a la presencia occidental en el país. El fin de semana pasado, una multitud tomó por asalto la sede de la ONU en la ciudad de Mazar e Sharif, al norte de Afganistán, y asesinó a ocho empleados de ese organismo internacional. En otro incidente, cuatro terroristas suicidas intentaron sin éxito forzar su entrada en Camp Phoenix, una base militar estadounidense a las afueras de la capital afgana, Kabul.
Por otro lado, el presidente estadounidense, Barack Obama, condenó la quema del Corán por parte de una pequeña comunidad religiosa extremista de Florida que ha desencadenado una oleada de ataques en Afganistán. El presidente afgano, Hamid Karzai, expresó sus  sentidas condolencias al secretario de la ONU, Ban Ki-moon, a la vez que se  comprometió a investigar a fondo el ataque y llevar a todos los responsables ante la justicia.

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