Funcionarios en Tokio reconocieron que podrían pasar meses antes de tener bajo control la planta nuclear dañada por el terremoto y el maremoto del mes pasado.
Mientras tanto, un grupo de ingenieros en las instalaciones de la planta Fukushima Dai-ichi implementó un nuevo método con el fin de contener una fuga de agua altamente radiactiva que se está filtrando hacia el Océano Pacífico, tras no poder sellar la grieta en la planta nuclear. La grieta de 20 centímetros se encuentra en un pozo de mantenimiento donde hay agua con niveles radiactivos muy superiores al límite legal internacional.