Cristina, 26 años. Estoy terminado mi carrera universitaria y soy la única de mi grupo de amigas que trabaja. Me di cuenta que ellas están conmigo sólo para que les invite a tomar y a comer. Antes, cada quien pagaba sus cuentas, hasta que una vez que ellas no tenían dinero, se me ocurrió invitarles. La última vez que salimos, llevaron a unos muchachos y a la hora de pagar la cuenta, nadie puso un centavo. Me tocó asumir con las cervezas de esos tipos y con lo que pidieron ellas, después se fueron y no dijeron ni gracias. Soy una persona generosa y me da mucha rabia que ahora mis amigas intenten abusar de mi nobleza. Cuando no trabajaba, las cosas eran diferentes.
Mi querida Cristina:
Muchas veces ser una persona generosa es un peligro. Debes tener cuidado, simpre hay gente desubicada que intenta sacar provecho de todo. La próxima vez, solo paga lo que te corresponde.
Tu amiga Conchita
uhmm para la proxima vez cuando vayas con tus amigas
pide y luego te retiras sin pagar la cuenta….