Miranda Kerr ha vuelto a su trabajo como modelo.
El pequeño Flynn vino al mundo el pasado 6 de enero, y las pocas semanas que han transcurrido desde entonces le han bastado a la joven para recuperar su preciosa figura y estar lista para desfilar.
El diseñador elegido ha sido Balenciaga, y el lugar, el París Fashion Week, en el que ha participado por cuarto año consecutivo. Este jueves la joven se subió a unos altos tacones y, con un look negro total, volvió a impresionar al público.
El conjunto incluía un vestido cruzado con detalles en cuero, sandalias de tiras y un bolso acolchado a juego, que combinó con un maquillaje nude y el cabello liso suelto con raya en el medio.
Entre los presentes en el desfile se encontraban su esposo Orlando Bloom, la madre de éste Sonia, y la editora de Vogue, Anna Wintour, que no quisieron perderse el esperado regreso de Kerr. Como viene siendo habitual, la modelo informó sobre su regreso en su blog, donde suele avisar de los acontecimientos importantes de su vida.
Kerr subió unas fotos que mostraban el backstage y la llegada de los invitados al evento.