París, 8 mar (EFE).- Un equipo de paleontólogos de Francia y de China ha revelado que durante una parte del Cretácico inferior se dieron temperaturas más frías de las supuestas hasta ahora, lo que explica la abundancia de dinosaurios «con plumas» en los yacimientos fósiles de ese periodo.
El estudio divulgado hoy, en el que han participado el Centro Nacional galo de Investigación Científica (CNRS) y el Instituto de Paleontología y Paleoantropología Vertebrada de Pekín, demuestra que pese a la creencia de que en la era de los dinosaurios el clima fue globalmente cálido, esos animales no siempre disfrutaron temperaturas «clementes».
El trabajo, publicado durante esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), se centró en una región del noreste de China donde se desarrolló la biota de Jehol hace entre 125 y 110 millones de años.
Entre los fósiles encontrados en ese yacimiento, según los expertos, hay numerosos dinosaurios recubiertos de estructuras filamentosas propias de pájaros con plumas, y sobre las que diversos científicos habían sugerido que cumplían una función de aislante térmico.
Los paleontólogos autores del estudio buscaron determinar las temperaturas de la época a partir de fósiles de dinosaurios, cocodrilos, tortugas y peces de esa región y de yacimientos contemporáneos de otras zonas de China, Japón y Tailandia.
El equipo analizó la composición isotópica del oxígeno de cada muestra, que se preservó durante la fosilización, con el objetivo de reconstruir la temperatura aérea del medio de vida de los dinosaurios asiáticos en el Cretácico inferior.
Y los resultados muestran que las temperaturas medias de ese periodo eran muy similares a las que se registran hoy en latitudes equivalentes, por lo que la fauna del Jehol vivía bajo un clima frío moderado caracterizado por «inviernos rigurosos».
En ese periodo, según el comunicado, los animales de sangre fría debían hibernar, mientras que los de sangre caliente como los mamíferos, los pájaros y los dinosaurios sacaban provecho de su pelo y de su plumaje para mantener su actividad en invierno.
Los científicos precisan que este estudio contribuye a conocer mejor una época sobre la que no se disponía más que de archivos geológicos, pero no se aventuran a sacar conclusiones precipitadas sobre el origen de las plumas.
«Estos resultados no prueban para nada que las plumas surgieran para un rol aislante, sino que suponen que el plumaje debía procurar a los dinosaurios del Jehol una ventaja fisiológica respecto a sus contemporáneos con escamas», explica Romain Amiot, científico del CNRS. EFE