Washington, 2 mar (EFE).- Los investigadores del Centro Integral del Cáncer en la Universidad de Michigan han identificado un camino potencial para tratar un tipo de cáncer de próstata agresivo, según un artículo que publica hoy la revista Science Translational Medicine.
Ese camino, un gen llamado SPINK1 podría ser para el cáncer de próstata lo que el HER2 se ha convertido para el cáncer de mama, según los científicos.
Al igual que el HER2, el SPINK1 se encuentra solamente en un pequeño subgrupo de cánceres de próstata, en alrededor del 10 por ciento de estos tumores.
Pero el gen es un blanco ideal para un anticuerpo monoclonal, del tipo de la Herceptina, que apunta al HER2 y que ha mejorado enormemente el tratamiento de este tipo de cáncer de mama agresivo.
Este año unas 217.730 personas en Estados Unidos tendrán un diagnóstico de cáncer de próstata y 32.050 morirán por esa enfermedad, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer.
«Dado que el SPINK1 puede hacerse en la superficie de las células atrajo nuestra atención como un blanco terapéutico», explicó el autor del estudio, Azul Chinnaiyan, director del Centro para Patología Translacional de Michigan, e investigador en el Instituto Médico Howard Hughes.
«Hemos demostrado que un anticuerpo que ‘bloquea’ el SPINK1 podría hacer más lento el crecimiento de los tumores de próstata en ratones que tuvieron reacción positiva para la proteína SPINK», dijo Chinnaiyan.
Los investigadores encontraron, además, que el SPINK1 puede enlazarse con un receptor llamado EGFR. Los científicos probaron un compuesto que bloquea el EFGR, llamado cetuximab, y que ya está aprobado por la Dirección de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, y encontraron que éste también reducía los efectos cancerosos del SPINK1.
En sus experimentos los investigadores usaron primero ratones para probar un anticuerpo monoclonal, un tipo de tratamiento dirigido, diseñado para buscar una molécula específica (en este caso SPINK1).
Luego probaron el cetuximab. Los tumores tratados con el anticuerpo de SPINK1 se encogieron en un 60 por ciento, en tanto que los tumores tratados con cetuximab se achicaron un 40 por ciento. Con la combinación de ambos compuestos los tumores se encogieron un 74 por ciento.
El efecto se observó solamente en los tumores que presentan el SPINK1, que son aproximadamente el 10 por ciento de los pacientes con cáncer de próstata.
Otros estudios anteriores que habían observado los resultados del cetuximab para el cáncer de próstata metastático habían sido decepcionantes y sólo el 8 por ciento de los pacientes mostró algún beneficio.
Bushra Ateeg, un investigador de la Escuela de Medicina de la UM indicó que «estos estudios deberían estimular el desarrollo de terapias que se apoyan en anticuerpos contra el SPINK1».
El SPINK1 puede detectarse en la orina de los pacientes con cáncer, lo que facilita la realización rutinaria de pruebas.
El estudio indica, no obstante, que los efectos secundarios fueron limitados en los ratones y que se necesitarán más estudios para determinar si la terapia apuntada al SPINK1 en los humanos afectaría el tejido normal.
El estudio lo financiaron el Departamento de Defensa de Estados Unidos, la Red de Investigación de Detección Temprana, Prostate SPORE, los Institutos Nacionales de Salud, y la Fundación de Cáncer de Próstata. EFE