París (EFE).- La ministra francesa de Asuntos Exteriores, Michèle Alliot-Marie, presentó hoy su dimisión tras la polémica originada por su actuación ante la revuelta tunecina y unas controvertidas vacaciones pasadas en ese país cuando ya habían comenzado las protestas.
En una carta entregada al presidente, Nicolas Sarkozy, Alliot-Marie se declara víctima de una campaña política y mediática contra su figura y apunta que tiene «una idea demasiado elevada de la política al servicio de Francia» como para aceptar ser utilizada como pretexto para que se debilite la política internacional del país.
«Pese a tener la sensación de no haber cometido ninguna falta, he decidido renunciar a mis funciones», indica en la misiva difundida por el ministerio.
Las primeras críticas sobre Túnez le llegaron tras ofrecer ayuda técnica de las fuerzas del orden galas a las tunecinas para gestionar las manifestaciones, unas declaraciones que ella considera malinterpretadas, porque su intención -aseguró- no fue apoyar al régimen de Zine el Abidin Ben Alí, sino tratar de evitar víctimas.