Un joven deprimido, acusado supuestamente de intento de violación a una menor, se suicidó el lunes en una celda del penal.
Las frias celdas del Penal García Moreno, una vez más fueron testigos silenciosos de un acto de debilidad humana. Luis Montoya Lluco, un joven de 26 años de procedencia humilde se rendía ante los pies de su depresión, y armado tan solo con el saco con el cual abrigaba sus noches, tomó la cruel decisión de acabar con sus días.
Sujetando el tejido de la prenda al techo de su celda, procedió a ahorcarse y de esta manera acabó con su carcelaria soledad.
Luis había sido acusado por su exconviviente de intentar violar a su hijastra, hecho que según familiares del hoy occiso, no tenia fundamentos al no existir pruebas ni testigos del sospechoso hecho.
Oriundo de la provincia de Chimborazo, intentó encontrar un futuro mejor en la capital, pero lo único que sembró es el camino hacia su muerte.
“Mi hijo estaba acusado sin pruebas de un hecho que no cometió. Desde hace algunos meses me preocupaba su condición, di parte a los funcionarios del penal, pero jamás me hicieron caso. Su muerte es un hecho que saca a la luz la cruel condición de vida que soportan los reos de los penales de todo el país”, señaló Miguel Lluco, padre del fallecido.
“No recibía condena, porque las pruebas que tenían contra él no lo condenaban. Esta condición a mi parecer fue el motivo que llevó a mi hermano a tomar la fatal decisión de acabar con sus días”, indicó indignado el hermano de Luis Montoya Lluco.