Al menos nueve personas han muerto en Filipinas por corrimientos de tierras y riadas provocadas por las lluvias que afectan desde la semana pasada el este y el sur del país, informaron hoy fuentes oficiales.
Un niño de un año y su hermana de cinco murieron al quedar sepultados por el barro en un desprendimiento ayer en St. Bernard, en la isla de Leyte, 675 kilómetros al sureste de Manila, según dijo hoy en un comunicado el Consejo para la Gestión de Desastres.
En la misma localidad encontraron esta mañana el cadáver de otro niño, de tres años, que murió también al quedar enterrado en otro corrimiento de tierras.
Mientras en Albay, en la península de Bícol, encontraron ayer el cuerpo sin vida de una joven que había desaparecido el viernes tras ser arrastrada por el agua, indicó la misma agencia gubernamental.
Otra riada ya causó el jueves la muerte de otras dos personas en esta misma zona de la isla de Luzón, donde unas 62.000 personas tuvieron que buscar refugio en campos para evacuados aunque algunas ya han empezado a regresar a sus hogares a medida que las lluvias remiten.
En el valle de Compostela, en la isla de Mindanao, al sur del archipiélago, una anciana y dos menores murieron al ser arrastrados por una riada, informó la Policía.
Más de 2.000 personas en esta isla han tenido que ser evacuadas, según informaron los medios locales.
En las islas de Leyte y Samar unas mil familias han tenido que abandonar sus casas mientras el Ejército se ha movilizado para hacer tareas de rescate y limpieza de carreteras cortadas.
El este y el sur de Filipinas lleva días sufriendo estas precipitaciones fuera de la estación lluviosa, que suele arrancar en junio y se prolonga hasta noviembre o diciembre en el archipiélago.
Según los meteorólogos, el fenómeno se debe a un cambio en las corrientes de los vientos procedentes del Pacífico Central. EFE