El ecuatoriano Luis Freddy Lala Pomovilla, sobreviviente de la masacre de Tamaulipas (México), y su familia no reciben la ayuda prometida por el Gobierno, según denunció hoy uno de los abogados que los representa, William Murillo.
Lala Pomovilla y doce familiares más se encuentran bajo un programa de protección de testigos en un paraje desconocido del país, después de que el pasado agosto el ecuatoriano sobreviviera a la masacre, en la que murieron 72 inmigrantes.
Murillo afirmó en Ecuavisa que el Gobierno prometió a Lala Pomavilla y a sus familiares que les iba a dar mucha ayuda, pero que no ha sido así. “La familia tiene grandes necesidades porque les falta comida, ropa y atención médica”, manifestó el abogado.
En este sentido, remarcó que el presidente Rafael Correa, prometió que “él y su Estado les iba ayudar en lo que fuera necesario”, pero “ni siquiera les ha hecho una llamada”.
“El ministro Patiño, el ministro Carvajal, todos estaban en la televisión para hacerse la foto, pero ni siquiera una llamada”, aseguró el abogado, en referencia al canciller Ricardo Patiño y al ministro de Seguridad Interna y Externa Miguel Carvajal.
Murillo dijo que “la madre (de Lala Pomavilla) en lágrimas le explicó que Freddy se ha desmayado ya tres veces”, pero aún así, no ha recibido asistencia médica. “Les ofreció muchísimo (el Gobierno). Ayuda para tener un negocio, una casa, tierras cultivables, un carro, un puesto de trabajo estable y no se está cumpliendo”, denunció Murillo.
El abogado relató que Lala Pomavilla y su familia han intentado explicar su situación a las autoridades, pero que “funcionarios intermedios no le hacen llegar el mensaje a la Presidencia”. Por eso, ahora, el padre de Freddy, Alejandro Lala, redactó una carta que quiere hacer llegar a Correa, denunciando la situación en la que viven y pidiéndole ayuda, explicó Murillo.
Según el abogado, la familia, parte de la cual estaba en Estados Unidos, no quería venir a Ecuador, pero decidieron regresar porque el Gobierno del país andino les ofreció ayuda, pero ahora «se sienten decepcionados».
Murillo contó que el padre Alejandro Lala fue al consulado de Ecuador en el estado de New Jersey para que llevaran a su hijo a Estados Unidos, pero que «literalmente le obligaron a que regrese para Ecuador».
Además resaltó que en Estados Unidos «no habían recibido ninguna amenaza de muerte», mientras que en Ecuador sí, donde ahora viven en una casa alquilada por la Fiscalía «sin prácticamente nada». EFE