No hay excusas para vestirse mal y no tener un estilo adecuado, según el look que quieres proyectar.
Cuando has creado tu propio estilo, has creado un sistema para poder relajarte sobre tu imagen y concentrarte en otras cosas más importantes.
Imagínate: te levantas por la mañana, abres tu armario y como tienes un estilo definido sabes que ponerte exactamente para cada ocasión. Haces un repaso de tu imagen en el espejo y sonríes porque te gusta lo que ves. Es hora de concentrarse en sobresalir todavía más. ¿Cómo lo lograrás?
• Cuando entres a trabajar, camina con garbo.
• Sonríe, si tienes una imagen estupenda relájate. Todos te mirarán y admirarán.
Como eres consecuente con tu estilo, tienes un aspecto elegante y sofisticado, de buen gusto y los que estén a tu alrededor lo notarán, pero lo mejor de todo es que tu lo observarás también y esto te ayudará a mejorar en varios aspectos de tu vida.