Vie. Nov 22nd, 2024

La vida para los hermanos Pablo y Oswaldo Espinoza Rodríguez, es estar sobre una moto corriendo a más de 80 km/h. Desde que su padre Oswaldo los comenzó a apoyar para que practiquen esta disciplina, su pasión por el deporte tuerca ha  aumentado.
Desde un principio, a Pablo, de 11 años le gustaba mucho las motocicletas, incluso actualmente está participando en dos categorías. En 50 y 65 centímetros cúbicos. Su sueño es ganar títulos internacionales; pero hasta que eso suceda, su padre disfruta de sus participaciones a nivel local.
En su corta carrera, Pablo ha logrado varios títulos nacionales y provinciales. Lo que demuestra que tiene gran potencial para hacer de este deporte una profesión, pero su padre no pretende que eso suceda.
“Solo quiero que llegue a competir en los circuitos de Estados Unidos, no quisiera que Pablo haga de este deporte una profesión”, reconoció.
Pero tanto es el amor y dedicación por las ruedas, del mayor de los Espinoza, que además de la moto, su otra pasión es el basket y fútbol que practica con sus compañeros de la escuela ‘Principito’, ubicada en El Oro.
“La verdad es que no me puedo alejar de las motos, son mi vida y me apasionan las carreras. Cuando tengo mis ratos libres sigo montado en mi moto”, confesó.
Pablo tuvo tropiezos en sus inicios, pero las caídas las tomó como un aliciente para no renunciar a las competencias, pese al peligro.
 “De todas las caídas que he tenido desde que me inicié, la que más me dolió fue la del Guabo. Me fracture  la naríz”, contó el joven piloto.
Respecto al motocross tiene un concepto que por el momento lo considera entretenido. “Es muy arriesgado, pero a la vez muy divertido. Tiene mucha adrenalina y hay que tener nervios de acero y, sobre todo,  mucha fortaleza”, expresó.
Por sus parte, Oswaldo de 8 años compite en la categoría 50 cc. y está dando sus  primeros pininos. Siente la adrenalina que provoca la velocidad y los saltos con la moto.
Estos dos hermanos, sienten admiración por el piloto estadounidense Dungey, “Lo admiramos mucho. Esperamos algún día poder hacer lo mismo que él”, coincidieron.
Su padre, el entrenador de ambos pilotos, es quien  los prepara. Considera que sus pupilos tienen las condiciones para llegar lejos en esta actividad.
LA VIDA EN SUS MANOS
Entre llaves de tuerca, aros, bujías, amortiguadores, aceite y aerosoles, se encuentran los mecánicos Juan Carlos Higuera y Vinicio Aguilar, quienes se encargan de dar el mantenimiento necesario a las motos que utilizan Israel Loaiza, Pablo y Oswaldo Espinoza, entre otros, en cada competencia.
“Cuando están para entrar a la pista, las motos tienen que estar con el cambio de aceite, revisión de cadena, frenos, filtros de aire, entre otra cosas porque una falla puede hacer que la moto no rinda al máximo”, comenta Aguilar, que lleva 4 años como mecánico de los hermanos Espinoza.
En cuanto, Higuera, lleva 18 años trabajando como mecánico. Su afición por la mecánica empezó desde que era pequeño. Realiza su labor como auxiliar de algunos profesionales del ‘deporte tuerca’.
“Soy muy cuidadoso, no debe fallar nada”, señaló Higuera. Los mecánicos concuerdan de que “en sus manos” está la seguridad de los competidores. (DKO)

Por ccarrera