Pocos días después del histórico rescate de los 33 obreros atrapados 700 metros bajo tierra, dos tragedias en el ámbito minero golpearon al mundo. Sólo que esta vez los resultados no fueron alentadores.
El viernes, un derrumbe en una mina ubicada en Portovelo, cobró la vida de dos trabajadores. Hasta ayer se continuaba con la búsqueda de otros dos mineros, que quedaron atrapados. Los familiares de los infortunados, viven momentos de desconsuelo. Los unos por haber perdido a sus seres queridos, mientras que los otros tienen el alma pendiendo de un hilo, al no conocer el destino de los suyos.
Al otro lado del mundo, un accidente en una mina de carbón en China, se llevó la vida de 26 obreros. 11 permanecen desaparecidos y las autoridades señalan que hay pocas esperanzas de encontrarlas con vida.
La tragedia vino tras la alegría. Como si los accidentes en las minas fueran una fiebre de moda que quiere arrasar. Desde el viernes hasta ayer, 28 mineros han sido hallados sin vida.