Sáb. Sep 21st, 2024

a llegada de la primera sonda, para estos 33 hombres significó un aliento de vida, ya que permanecieron incomunicados 17 días.
“Eran las seis de la mañana cuando llegó la primera sonda y teníamos todo un protocolo para el primer día que llegara una sonda. Pero se olvidó todo, todos querían abrazar el martillo”, señala el testimonio de Urzúa, recogido por  el periódico chileno ‘El Mercurio’.
Según Urzúa, los ‘33 de Chile’, intentaron enviar varias notas por aquella primera sonda, pero solo alcanzó a llegar la misiva que informaba sobre su bienestar.
“Mándeme comida, tengo hambre·”, decía una de las notas que no llegaron a su destino. En ella se refleja los momento de ayuno obligado  y desesperación por llevarse un pan a la boca que vivieron los 33 mineros, durante los primeros días.
Según Urzúa, tras el accidente, ocurrido el 5 de agosto, tardaron unas tres horas en constatar cuál era su situación, pues el abundante polvo les obstruía la visión. Luego su principal preocupación era  conocer la suerte de sus compañeros que abandonaron la mina en el momento del derrumbe.
Tras unos días del accidente, los ‘héroes de Chile’, se dieron cuenta de que les estaban buscando.
“Nosotros veíamos como perforaban las máquinas. Los primeros cinco días estábamos seguros que estaban trabajando por la mina, pero veíamos que era difícil. Sabía como estaba la cosa”, relató el minero.
Los peores momentos los pasaron cuando se les agotaba la comida e intentaban salir por su cuenta.

Por adm