Mié. Oct 2nd, 2024

Los 33 mineros rescatados en Chile tras pasar 70 días atrapados a 700 metros de profundidad a causa de un derrumbe se han recuperado rápidamente y «dos o tres» de ellos recibirían el alta hoy, dijeron los médicos que los atienden en el Hospital de Copiapó.
«Calculamos que a las 16:00 horas (19:00 GMT) pudieran estar haciendo abandono del hospital algunos mineros, calculamos entre dos a tres personas», dijo el subdirector del centro, Jorge Montes, en una rueda de prensa conjunta con el ministro chileno de Salud, Jaime Mañalich.

En un comienzo se informó de que los mineros iban a permanecer 48 horas en el hospital, pero según Montes tal vez ese tiempo no sea indispensable.
«Los dos días que se dijeron desde un principio es una situación estándar, pero el alta médica es personal y depende del médico tratante», explicó.
«La mayoría de los mineros se han comportado muy bien desde el punto de vista médico», indicó Montes, que puntualizó que los trabajadores están «muy bien» en el aspecto oftalmológico.
«Se han acostumbrado bastante bien a la luz natural», precisó y relató que además «han soportado en forma notable el estrés».
«Están bien en el hospital los 33», bromeó por su parte el ministro Mañalich, parodiando el ya célebre mensaje «estamos bien en el refugio los 33» con el que el pasado 22 de agosto los trabajadores confirmaron que estaban vivos.
«No hay ningún minero que haya estado en shock y ninguno que haya querido irse del hospital», aseguró Montes, que añadió que los primeros en abandonar el establecimiento no serán necesariamente los primeros que llegaron.
Sobre las lesiones dermatológicas, señaló que son las habituales que se presentan en personas que permanecen en lugares con altas temperaturas y humedad. «Eso está en tratamiento y en control», manifestó.
Lo mismo ocurre con algunas afecciones dentales, que corresponden principalmente a caries e infecciones.
«Todos pasaron una buena noche», dijo el facultativo, que aseguró además que Mario Gómez (63), el más veterano de los rescatados, que presenta un cuadro de neumonía, ha evolucionado positivamente y se espera que esté «pronto de vuelta en su casa».
Cientos de personas, principalmente familiares de los rescatados y periodistas, se han apostado en las afueras del hospital, que ha dispuesto un sistema de turnos de visitas a los mineros, de tres parientes a la vez.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, visitó hoy en el hospital a los 33 mineros rescatados, a los cuales recibirá el próximo día 25 en el Palacio de la Moneda y ante los que se comprometió a garantizar que «nunca» más se trabaje «en condiciones tan inseguras e inhumanas» como ellos.

Además, el día que los mineros visiten La Moneda jugarán un partido de fútbol contra una selección de funcionarios de la sede gubernamental, con unas especiales condiciones.
«El equipo que gana se queda en La Moneda y el que pierde se queda en la mina», dijo en tono bromista el mandatario chileno durante una rueda de prensa que ofreció tras visitar a los mineros en el hospital de Copiapó, donde permanecen internados.
En ese partido, los mineros estarán dirigidos por Franklin Lobos, que antes de trabajar en la mina se desempeñó como futbolista en la liga profesional, donde incluso compartió vestuario en el Cobresal con el ex internacional Iván Zamorano.
Ante los mineros, que fueron rescatados entre el martes y el miércoles tras haber pasado 70 días a 700 metros de profundidad, a causa de un derrumbe en la mina de cobre San José, en el norte de Chile, Piñera se comprometió a mejorar las condiciones laborales del país.
El mandatario se comprometió a no permitir «nunca más» que se trabaje «en condiciones tan inseguras y tan inhumanas» como en el yacimiento San José, que carecía de las dos vías de escape que exige la legislación minera.
Para ello, se anunciará en las próximas semanas «un nuevo trato con los trabajadores» que incluirá una revisión de la legislación laboral y de los procedimientos y estándares de fiscalización «para ponerlos al nivel de los países más desarrollados», dijo Piñera.
Además, el Gobierno y los mineros deberán ahora decidir qué hacer con los elementos que se han convertido en un símbolo de este exitoso rescate y, en especial, con el campamento Esperanza, levantado en las cercanías del yacimiento San José.
Algunos familiares habían expresado su intención de convertir ese campamento en un santuario, pero Piñera descartó hoy esa posibilidad.
«No va a ser un santuario, pero sí probablemente un memorial para recordar esta epopeya», adelantó.
También se evaluará el destino de la cápsula «Fénix 2», que a través de un conducto izó a los mineros desde los 700 metros de profundidad, así como del mensaje «estamos bien en el refugio los 33», que el pasado 22 de agosto permitió confirmar que todos habían sobrevivido al derrumbe.
«Éste es un patrimonio que pertenece a los chilenos y a toda la humanidad», señaló hoy Piñera.
Tras visitar a los trabajadores, algunos de los cuales podrían abandonar esta misma tarde el hospital de Copiapó, Piñera relató que uno de los mineros le hizo una parodia de cómo se desarrollaba la vida en el interior la mina.
«Demostraron mucho ingenio y mucha capacidad de trabajo en equipo», dijo Piñera, que no dio más detalles al respecto.
El mandatario no quiso ahondar en las anécdotas que le contaron los mineros acerca de su encierro, pero sí explicó que para tomar las decisiones colectivas «aplicaron un viejo y sabio principio, el principio de la democracia».
Además, según Piñera, «cada uno de ellos cumplió su papel», como José Henríquez, considerado el «líder espiritual» de los 33 mineros; Yonni Barrios, que aplicó sus conocimientos de enfermería, o el jefe de turno, Luis Urzúa, que actuó como líder del grupo.
Piñera contó además que el propio Luis Urzúa, al ser rescatado de la mina, le dijo: «Esto nunca más puede volver a ocurrir».
En cuanto a los costos del rescate, el mandatario acotó, como ya se había estimado anteriormente, que el monto total ascenderá a «entre diez y veinte millones de dólares».
Según explicó, parte de ese dinero ha sido donado por varias empresas privadas, muchas de ellas mineras, y el resto lo ha aportado el Gobierno, que ya está haciendo gestiones para «pasarle la cuenta» a la empresa San Esteban, dueña del yacimiento San José.