Pamela, 25 años. Entré por despecho con un chico y ahora no sé como librarme de él. Al principio me hacía sentir muy bien, pero ahora no lo soporto. Lo peor de todo es que quiere estar todo el tiempo pegado a mi.
Es muy meloso, parece una babosa y a mi tanto dulce me hace daño. No tolero que me bese a cada rato y me estorba que quiera pasar metido en mi casa. Él es un buen tipo y tiene buenos detalles, pero en realidad no lo tolero. Mis hermanas me dicen que soy una tonta y que no aprovecho lo que tengo, al tiempo que me hacen sentir como la mujer más cruel del mundo.
Sé que debería terminar con él, pero en realidad quiero darle pica a mi ex. No puedo permitir que él me haya dejado por otra, mientras yo estoy sola y sin perro que me ladre. Prefiero aguantar las meloserías de mi ‘peor es nada’, antes de humillarme así.
Mi querida Pamela:
No se juega con los sentimientos de otras personas. Ten cuidado, la tortilla se puede voltear y sufrirás en carne propia el daño que estás haciendo.
Tu amiga Conchita