La plantilla del Inter, que apostaba a dar vuelta al resultado adverso que registró en Brasil, vivió una pesadilla en Quito. Al frente estuvo un rival que sigue haciendo historia en el fútbol ecuatoriano y que de a poco está conquistando América. Se marcharon a Porto Alegre con las manos vacías.
El resultado de 1-0 que consiguió Liga de Quito en la primera final ante Inter, fue redondeado en una noche espectacular por parte de la oncena del técnico Jorge Fossati. Mientras que su colega Tite, tuvo una noche para el olvido.
Los brasileños perdieron en Ponciano la fórmula y la brújula. Ni Luis Bolaños que ingresó al cambio y que conoce de arriba abajo el campo de juego de la ‘Casa Blanca’, pudo romper la muralla universitaria, que le dio una lección de fútbol.
El ‘timorato’ equipo del técnico Tite se pudo llevar una boleta.a no ser, porque los locales quitaron el pie del acelerador.
El argentino Andrés D´Alessandro, uno de los símbolos de este equipo, se fundió en la complementaria. Quizá recordó que estaba jugando en la altura de Quito. El «pelado» Pablo Guiñazú, uno de los fuertes en el medio campo, no pudo contener las arremetidas de los locales. Fue vulnerado con facilidad por la picardía y habilidad de Cristian Lara. Inter, que supuestamente no tenía en mente el «mito de la altura», no tomó las precauciones para frenar a su rival, que estuvo con las luces prendidas. Tite y compañía aprenderán la lección.
La altura no gana sola y en ella, la pelota si dobla. La «U» los aplanó. Sobre el final pedían auxilio los hombres de Tite. Los sometió un vendaval.