Lucia, 45 años. Soy madre de 6 excelentes personas. Ellos son una bendición. Mi familia siempre ha sido unida y muy fuerte. Pero la intranquilidad ha golpeado nuestra puerta en los últimos años. Antes de que mi madre muriera, me pidió que cuidará de mis hermanos menores, uno de ellos con discapacidad auditiva. Cuando me casé, me separé de sus vidas. Ellos contrajeron matrimonio y tuvieron hijos. Pero siempre se caracterizaron por su falta de madurez e irresponsabilidad. La esposa de mi hermano con discapacidad, me pide que la ayude, no tienen que comer ni manera de cancelar el arriendo, ni los gastos de sus hijos. Le abrí las puertas de mi casa y le estoy apoyando con los gastos de su hijo menor. Pero esto trae problemas en el núcleo de mi familia. Ellos no soportan que por ayudar a mi hermano todos suframos las consecuencias. Mi sueldo no abastece para tantas necesidades, y las deudas me estan embargando. No sé que hacer.
Mi Querida Lucía:
Él es un adulto. Deja que cumpla con sus responsabilidades.
Tu Amiga Karina