Susana, 35 años. Soy licenciada en una escuela de Quito. Tengo 3 hijas de 9, 5 y 2 años. Son mi vida y mi máxima alegría. Mi esposo fue mi mejor amigo por muchos años. Desde que éramos niños nos relacionamos por los intereses que compartíamos. Pero nosotros no fuimos siempre novios. Yo estuve con dos personas antes de comprometernos como esposos. A uno de los dos, lo ame con el corazón. Pero nos separamos por que viajó a los Estados Unidos para estudiar. La desilusión que esa partida me provocó hizo que corriera a las manos de mi actual cónyuge. Pero todo tuvo un cambio, bastante radical cuando de la nada regresó él, con todas las intenciones de volver a enamorarme. Hemos salido a bailar, a comer. Los años no han pasado y siento que nunca dejé de amarlo. Me pidió que terminara con mi matrimonio y que no sufra por las niñas, por que él se haría cargo. Quiero ser feliz, no sé qué hacer para no lastimar a mi familia.
Mi Querida Susana:
Eres adulta. Sé inteligente y actúa con respeto y mucho corazón.
Tu Amiga Karina
