Tras un largo y problemático proceso de matriculación, los estudiantes de Octavo de Básica iniciaron ayer su nuevo período escolar.
Para muchos padres, conseguir un cupo para sus hijos fue un verdadero calvario, ya que varios de ellos se sientieron burlados por la anulación del sorteo. Otros no resultaron favorecidos, pese a obtener altos puntajes y algunos estuvieron penando por una plaza hasta la víspera del inicio del año lectivo.
Más de un joven se sintió discriminado, al no poder elegir una institución emblemática por tener puntajes bajos.
Un grupo de ellos, tuvo que ir a colegios nocturnos o a planteles con discreto nivel académico. Este punto causa controversia, pues se está quitando a los jóvenes la oportunidad de recibir una educación de calidad. Una persona con bajo rendimiento, debe ser tratada con más disciplina y rigurosidad para que logre superarse por sí misma. Al ser discriminada, su autoestima descenderá y pensará que no es digna de conseguir lo que desea.
