Luis Lala pide que no viajen a México, porque “los Zetas están matando gente”
El superviviente ecuatoriano de la matanza de inmigrantes en México, recomendó a sus compatriotas que no traten de ir a Estados Unidos como él hizo, porque “Los Zetas está matando mucha gente”.
Luis Freddy Lala Pomavilla, que se encuentra en el país desde el pasado lunes, en un lugar secreto y con protección policial, explicó su odisea y advierte a quienes estén pensando en hacer lo mismo, que no viajen.
“Les digo a todos los ecuatorianos que ya no viajen más, hay muchos malos que no dejan pasar. Viajaban conmigo 76, y mataron a todos”, señaló Lala.
En el rancho donde ocurrió la matanza, en el Estado de Tamaulipas, agentes de la Marina mexicana encontraron 72 cadáveres y el miércoles se supo que además de Lala, hay otro sobreviviente hondureño.
Eso significa que faltarían tres personas, según la cuenta de Lala, que desde el primer momento ha culpado de la matanza a la banda de sicarios y narcotraficantes, Los Zetas.
LA ODISEA QUE VIVIÓ
El sobreviviente contó que viajó de Ecuador a Honduras, luego a Guatemala, donde se quedó unos 15 días y donde todo “estaba bien”, y desde Santa Elena, en ese país, cruzó en una lancha hacia México. Llegó con sus compañeros de viaje al nordeste de México y allí el grupo fue rodeado por 3 carros de los que salieron alrededor de 8 personas bien armadas que los llevaron a una casa donde los amarraron en grupos de 4 y los tuvieron una noche. “Después nos botaron boca abajo”, dijo Lala, quien escuchó ruidos de disparos que también le llegaron a él. Acabaron “de disparar y se fueron, mataron a todos”, relató. Tras ello esperó “dos minutos” salió y comenzó a caminar. Según su relato, dado con dificultad al hablar, pues fue herido en la garganta, caminó toda la noche, encontró a dos hombres que no lo quisieron ayudar y con gran dolor siguió avanzando hasta que amaneció y se encontró con personal de la Marina mexicana.
EMIGRANTES SE CONFIESAN
Después de que salió a la luz la masacre en México, varias personas han confesado las peripecias que pasaron al tratar de llegar al país del norte. Varias de las mujeres que tomaron la dura decisión de abandonar su país para reencontrarse con sus familiares y mejorar sus ingresos económicos, decidieron viajar con sus hijos, menores de edad, a quienes hábilmente, los coyoteros supieron arrebatárselos para luego pedir altas sumas de dinero a cambio de devolvérselos.
La desesperación e impotencia de no volverlos a ver las ha llevado a pagar el dinero solicitado, mientras otras no han podido reunir los montos solicitados.