Varios accidentes de tránsito, suceden por la imprudencia de peatones y conductores.
La mañana de ayer, el cobrador de un bus, cruzó descuidadamente una angosta, pero transitada calle de la capital.
El incauto hombre, no se percató que un taxi se avecinaba rápidamente. El conductor no alcanzó a frenar y lo atropelló. Menos mal y dando gracias al Supremo, la situación no pasó a mayores. El cobrador solo resultó golpeado y no presentó fracturas ni contusiones graves.
La imprudencia no siempre corre con suerte, y los irresponsables dejan su existencia en las vías.
Cuide su vida, obedezca las leyes de tránsito. Cruce por el paso cebra, respete los semáforos, use los puentes peatonales, etc.
Póngase la mano en el pecho y reflexione. ¿Cuántas veces ha arriesgado su vida cruzando la calle por donde no debe? Es verdad, los conductores también infringen las leyes y son culpables de varios accidentes, pero por eso mismo, tenemos que ser prudentes cuando atravesamos una vía.
