El alcohol se ha considerado por muchas personas como un poderoso estimulante sexual, pero en los trabajos de investigación realizados por www.publispain.com, se ha constatado que produce efectos negativos sobre las señales fisiológicas de excitación sexual. En los caballeros, produce efectos de supresión de la erección, debilita la eficacia masturbatoria, disminuye el goce y la intensidad del orgasmo. En las damas, incluso ingerido con moderación, dificulta la respuesta orgásmica.