Vie. Nov 22nd, 2024

En la cama no solo hay que dar, sino también, recibir. Conviene saber algo importante: los seres humanos no somos adivinos; y los hombres no son una excepción. Por eso, resulta poco productivo esperar que ellos adivinen lo que esperas de ellos. El cerebro de los hombres está estructurado de otra manera. Tiene otras capacidades y por eso hay que ponérselo fácil, aunque a muchas mujeres les moleste. No hay que perder el tiempo en pensar en si eso es correcto o no, o si ellos ya deberían saberlo, etc. Mientras piensas esas cosas, se pasa el tiempo y te encontrarás sin nada. Como es más difícil vencer ese miedo en el preciso momento que se necesita, hay que conseguirlo antes. El diálogo es el motor de una relación abierta y espontánea. Hablar, antes, lo que te gusta y lo que no; lo que te gustaría probar y lo que no; lo que aceptarías hacer o que te hicieran y lo que no. Cuando todo eso está hablado, en el momento que se necesita, bastará un gesto para que él entienda.