Samuel, 56 años. Soy un hombre de descendencia extranjera, nací en Israel. Vivo hace 25 años aproximadamente en este país, que me ha dado todo. Me casé con una mujer ejemplarmente hogareña, con ella tuvimos 3 hijos. El mayor de 21, el siguiente de 18 y el último de 15. Siempre han sido el motivo de mi lucha. Por ellos me he sacrificado siempre. Hace pocas semanas, mi hijo mayor me confesó que tiene novia y que está muy enamorado. A mi me pareció normal la noticia, por la edad y el ambiente donde se encuentra. La molestia inicia cuando la conocí, no me parece nada agradable su aspecto. No discrimino a ningún grupo por sus convicciones de filosofía o de costumbres. Pero ella, simplemente llegó al límite. Vestida completamente de negro, con sus ojos maquillados y su boca roja se pasea de la mano de mi hijo. No quiero que él, tome la decisión de parecerse. Soy un hombre creyente y sé que no es normal.
Mi Querido Samuel:
No discrimines a nadie por su aspecto, tu hijo la ama. Acéptala.
Tu Amiga Karina