Sáb. Nov 23rd, 2024

Enrique, 36 años. Soy un hombre trabajador, enamorado de mi hija que tiene quince años. Vivo con ella y mi esposa en un barrio de Quito. Todo en mi vida debería estar muy bien, salvo mi plano personal. Yo contraje matrimonio cuando era muy joven, y decidí tomar la responsabilidad de casarme  para que la familia de ella sepa que amo a mi hija y que es lo más importante de mi vida. Pero los años pasaron, y las consecuencias de esta decisión se han hecho presentes. Conocí a la mujer que realmente amo hace cinco años, con ella me siento libre, enamorado, ilusionado, quisiera ser soltero otra vez y tomar mi vida con más seriedad hacia mis sentimientos. Salgo de mi casa por varios días, no me gusta regresar, pero no quiero terminar mi matrimonio, porque a pesar de que no amo a mi esposa, no quiero hacerle daño. Y peor aún saber que con mi actitud estoy lastimando a mi hija. Pero algo que quiero que quede claro, es que a la mujer que amo no la voy a dejar.
Mi Querido Ernesto:

La verdad aparecerá y lastimará más a tu familia.

Tu Amiga Karina