Un beso no es sólo un beso. Es una ocasión para galantear y para coquetear. Por eso, cuando vives una historia romántica debes esforzarte para besar con creatividad y dulzura. No pienses en nada más que en el beso que estás dando. O mejor todavía, no pienses. Empieza suavemente con los labios entreabiertos o cerrados. No comiences con los labios húmedos, la boca abierta o con la lengua empujando.Relaja los labios, pero no hasta el extremo de dejarlos flácidos. Besa como si dispusieses de todo el tiempo del mundo. Pero no prolongues el beso más allá de su vida natural. Usa tus manos, incrementa lentamente la presión o roza con suavidad, pero no en zonas eróticas, puedes hacerlo en la espalda, hombros, brazos. No conviertas cada beso en un acto sexual. Besa a tu pareja como si fuera la primera vez que lo haces. Presta atención a un final elegante. Un dulce y plácido final es mucho más agradable que una despedida brusca y sonora.