No hay nada más penoso que encontrar un niño que desde temprana edad ha perdido su inocencia y se ha convertido en un pequeño delincuente.
Los niños que venden flores y caramelos en la calle, en muchos casos dejaron de ser objeto de lástima e ifunden temor. Más de una persona ha sido atacada por un grupo de estos infantes que se acercan con el pretexto de vender chicles.
Por lo general se acercan de uno en uno, la persona termina acorralada por los pequeños, quienes a veces hasta portan cuchillos. Los atacados terminan sin celular, sin billetera y con el corazón roto al ver esta realidad.
El país atraviesa por varios problemas sociales, uno de ellos es la mala educación que los padres dan a sus hijos. Estos menores, no aprenden a delinquir por sí solos, sus progenitores tienen mucho que ver en este comportamiento.
Enseñar a robar a un infante, es algo que en realidad no tiene nombre. Lo lógico sería que los padres deseen un mejor futuro para sus vástagos.