El frío de la madrugada fue el testigo clave de la muerte de dos indigentes de la tercera edad que fallecieron en diferentes sectores de Guayaquil, y que vivían de la caridad de las personas de buen corazón que los alimentaban, a pesar de que la olla se muestra escasa por estos días.
Por tal motivo, la ciudadanía hace un llamado a las autoridades del gobierno y municipio para que ejerzan mayor control en las calles y eviten la mendicidad de estas personas, que como en este caso, mueren como ‘perros’ y sin una familia que les de cristiana sepultura.
MURIÓ CON UN PAN EN SU BOCA
La primera muerte trágica se registró alrededor de las 01h00 de ayer, en la calles Quisquis y José de Antepara, en el centro de la ciudad, donde fue hallado sin signos vitales, un indigente anciano de alrededor de 70 años, que al parecer murió producto de una neumonía.
Según un morador del sector, el pobre hombre había llegado al sitio alrededor de las 15h00 del lunes en mal estado, por tal razón se llamó a una ambulancia para que lo lleve a una casa de salud. Sin embargo, los paramédicos nunca llegaron y el señor quedó arrimado a un poste junto a una botella con agua y un pan que generosamente le brindaron.
A las 07h00 de ayer, moradores de la zona, se dieron cuenta que no respiraba y que había fallecido. El mendigo no tenía identificación alguna y tampoco ningún familiar se hizo presente.
UN INFARTO ACABÓ AL ‘PIRATA’
La segunda pérdida se produjo en el Guasmo Central, al sur de la ciudad, donde un mendigo de alrededor de 75 años identificado como Pablo ‘El Pirata’ murió producto de un infarto, en el interior de una choza armada de en la calle, en la cual según los vecinos vivió por el lapso de 10 años.
La muerte del indigente se presume que fue en horas de la madrugada; pero a las 08h00 de ayer, unos trabajadores del Ministerio de Salud que realizaban controles de sanidad lo encontraron sin vida. De igual forma que el primer caso, ningún familiar apareció. (MV)
Fotos: Malena Armendáriz