Nicolas Lapentti, el jugador más veterano de Roland Garros, se sujeta la rodilla izquierda con las manos, mientras confiesa que le gustaría disputar su decimoquinto Grand Slam de París, aunque asume que son los médicos los que tienen la última palabra.
“Estaba jugando prácticamente con una pierna pero sentía que podía ganar” al estadounidense Taylor Dent, quien eliminó hoy del cuadro al ecuatoriano, con un 6-3, 6-4 y 7-6.
Pero no pudo ser y Dent puso fin a la que, quizá, sea la última aparición de Lapennti en el torneo de tierra batida más importante del mundo.
“Quién sabe. Ojalá que no. Me gustaría jugar un último partido estando bien”, dice el tenista que durante el encuentro contra Dent sufría ‘pinchazos’ recurrentes que hacían que estuviera preocupado de como pisar, más que de jugar al tenis.
Le gusta jugar al tenis y le gusta viajar. No quiere retirarse, pero revela que tiene que “hablar con los médicos porque hay que ir pensando en aceptar la realidad”.
Esa “realidad” a la que se refiere se llama lesión de tendinopatía rotuliana en la rodilla izquierda, una molestia que arrastra desde hace meses y que le hizo retirarse del torneo de Estoril y esquivar el Máster 1.000 de Madrid para preparar Roland Garros.
Pero no es el único obstáculo. Lapentti, que llegó a ser el sexto mejor jugador del mundo, ha caído en el ránking y ocupa ahora el puesto 126 de la clasificación que elabora la ATP, lo que implica que no tiene asegurado el pase directo a los grandes torneos y tendrá que ganarse la plaza en torneos menores.
“Jugar ‘challengers’… no sé si estoy para eso”, dice el tenista de 33 años, mientras se desplaza mentalmente a la próxima eliminatoria del Grupo Mundial de Copa Davis, que Ecuador disputará contra Rumanía en septiembre, su motivación más inmediata, confiesa. EFE
