El mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, participó este jueves en el inicio de los trabajos de demolición de la antigua Penitenciaría del Litoral en la ciudad portuaria de Guayaquil.
El vetusto centro penitenciario será reemplazado por un funcional edificio donde se implementará un modelo de gestión que erradicará el sistema de corrupción que imperaba en la vieja cárcel porteña.
NUEVA CÁRCEL DE GUAYAQUIL
Al mando de una pala mecánica, el Presidente derrumbó simbólicamente una pared del centro de reclusión, que data de hace 50 años. «Estamos derrumbando el viejo país, aquí no vamos a dar marcha atrás”, manifestó, al tiempo que señaló que con las nuevas cárceles que se construirán en las provincias del Guayas, Azuay y Cotopaxi se erradicará el problema de hacinamiento del que adolece el sistema penitenciario ecuatoriano.
El Jefe de Estado recorrió, además, las instalaciones del nuevo Centro de Privación de Libertad Zona 8, contiguo a la Penitenciaría, donde ya se aplica un nuevo modelo de control que impide a los reos tener el control de las cárceles como venía ocurriendo.
“Con las nuevas cárceles el control lo tiene el Estado, hay un eficiente sistema de vigilancia mediante cámaras”, explicó Correa, quien alertó que persisten los intentos de fuga porque los reclusos se resisten a pasar a la nueva cárcel guayaquileña.
Las nuevas dependencias carcelarias, que se construyen con una inversión de 180 millones de dólares, acogerán aproximadamente a 17.000 personas privadas de la libertad de las 28.000 que hay actualmente en el país, informó el Ministerio de Justicia.
Fuente: Andes