Estoy aquí para que no se olviden la carita de mi hija, aún se encuentra desaparecida

Se reúnen cada miércoles  en la Plaza Grande frente al Palacio de Carondolet para recordarles a las autoridades  y a la sociedad civil que aún sus hijas e hijos se encuentran  desaparecidos.

Son las 19h30 de ayer, 6 de noviembre,  y los carteles y gigantografías empiezan aparecer bajo una misma leyenda “Dónde está Santiago David Romo ” “Ayúdanos a encontrarlo”.

Su madre, Alexandra Córdova, todos los miércoles se encuentra en la Plaza Grande. Esta vez tiene  en su mano derecha una vela encendida, que amenaza apagarse por la brisa de la noche, mientras en su otra mano sostiene el cartel que lleva el rostro de David.

Este 16 de noviembre se cumplirá seis meses de la desaparición del joven estudiante de Comunicación Social de la Universidad Central de Ecuador, quien fue visto por última vez en el sector de San Antonio de Pichincha, al norte de Quito, indicó la madre.

Desde aquel día sus familiares y amigos no tienen ninguna pista sobre el paradero del joven. Pero de algo si están seguros, que David no se fue de la casa voluntariamente. “Cuando fui a presentar la denuncia me decían que mi hijo se fue con la novia, que se fue de la casa porque estaba cansado, si se hubiera ido, me hubiera dicho. David decía que era el hombre de la casa y que él va cuidar de su mamá y de su hermana” enfatizó Alexandra.

De igual manera sucedió con Juliana Campoverde, quien se encuentra desaparecida desde el 7 de julio de 2012 al sur de Quito, pues las  entidades públicas insinuaban que la joven quiteña se fue con su novio. Su madre, Elizabeth Rodríguez, asegura que eso no es así, su hija le hubiera dicho.

Elizabeth junto a su hijo pequeño, su esposo y sus hermanas llegan a la Plaza de la Independencia, 19h45, con un único fin: “para que no se olviden de la carita de mi hija”, comentó la madre de Juliana quien viaja cada fin de semana junto a su familia a diferentes provincias del país para  colocar  afiches y distribuir volantes que permitan encontrar a su hija.

Sin embargo, indicó que siempre alguien despega los afiches y sino los arranca de los postes o paredes siempre rompe la parte del afiche donde está el número de contacto, añadió.

Siete fiscales han tenido el proceso de investigación sobre la desaparición de Juliana, continúan investigando, dijo la madre, quien espera resultados prontos.

“No hay paz, es una incertidumbre total, una zozobra. Por mí no quisiera pasar en mi casa, me trae mucho dolor, angustia, impotencia de no poder hacer nada más”, comentó Elizabeth, quien lleva siempre en sus manos y  en la cartera los volantes con el rostro de su niña.

Aunque ahora no tiene en sus manos el cartel con el rostro de María Fernanda Guerrero. Su madre, María Lourdes Mejía, se encuentra en el plantón para visibilizar  que la gente está desapareciendo y entre ellas desapareció su hija  el 15 de enero de 2010 en el sector de Guamaní.

Lo último que conoció de su hija María Fernanda fue su voz débil y lejana, pues recibió una llamada del celular donde ella le dijo “Ayuda por fa”, era las 15h45 de un 9 de marzo de 2010. Desde aquel entonces no sé nada de ella, comentó.

El celular entró en cadena de custodia, pero no hubo investigación, dijo María Lourdes Mejía.

Las tres madres de familia piden que haya celeridad en las investigaciones, que haya un grupo especializado para la búsqueda de sus seres queridos y que las autoridades por un segundo se pongan en el lugar de ellas ¿Qué pasaría si no fueran nuestros hijos los que desaparecieron?

Dato:

–          Aproximadamente 145 se encuentran desaparecidas dentro del registro de la Asociación de familiares y amigos de  personas desaparecidas en Ecuador (Asfadec), dijo María de Lourdes Mejía.

–          Hace un mes se creó una Dirección de Investigación por las desapariciones en el país, sin embargo desconocen su funcionamiento, su ubicación y su trabajo, indicaron las adres.