La manzana está rodeada para Eduardo Maruri. La ola de descontento por el vergonzoso fracaso del ídolo en la primera parte del campeonato, lo tiene en la mira. Los hinchas lo insultan a placer. Le calentaron los oídos con fiereza, el domingo, tras la dolorosa derrota ante el modesto Éspoli en el «Monumental».
Pero ese, no es único ámbito, en el que la presencia del publicista provoca malestar. Ahora el núcleo de ex dirigentes, ha tomado las armas para desestabilizarlo en la faz pública, ofreciendo su concurso salvador, en esta hora de tragedia.
Como por encanto, se han subido a la plataforma de rescatistas, Isidro Romero y Luis Noboa. El primero, ex presidente de la institución, de ingrata recordación y el segundo, mancuerna y corresponsable del desastre, de la debacle que cobija al ídolo.
Noboa, fue el artífice, de las locas y millonarias contrataciones extranjeras, que Barcelona emprendió la temporada pasada, dejando un déficit impresionante, que tiene sangrantes a las arcas del club.
De ese proceso aun no se han cubierto los pagos millonarios al Roli Zárate y al vagabundo «Chelo» Delgado, que «afanaron la guita» a gusto y contento, sin devolver en la cancha, ni una sola gota. Estuvieron becados con sueldos siderales. Se burlaron de la hinchada y la dirigencia se escondió con temor por sus decisiojes desquiciadas.
Hay un operativo de conspiración en contra de Maruri. Está sólo. No tiene ideas ni dinero y el stress le está pasando factura. Se metió emocionado «en camisa de once varas», y está claro, que el fútbol no es un tema de su conocimiento.
Se equivocó al integrar una comisión de fútbol inexperta, en la que la presencia de Eduardo Bejarano, fue el punto negro. No tuvo la capacidad de percepción para rectificar a tiempo tantos errores. Ha despilfarrado dinero a borbotones y ahora para colmo, dubita en la renovación del contrato del «Cabezón» Palacios, el único delantero que la emboca. Parece ser que pagan a los «paquetes» y retacean los esfuerzos por los que sirven. No hay duda que los directivos de Barcelona, habitan en el «Reino del revés». Lo van a pagar muy caro. Ya lo verán.
VOLVERÍA ROMERITO
Isidro Romero. Le dicen el «Catalán» y en una época pasada no muy lejana, fue capaz de trabajar por la grandeza del club y en otra, a renglón seguido, abandonó el barco y dejó al ídolo en profunda crisis. Pese a que tiene un fuerte apoyo de un importante sector de la prensa, su tiempo ya pasó. Se muere por figurar. Sabe que Barcelona es la mejor vidriera para regresar a la palestra. Es conocido por todos, que los afanes políticos, siempre están latentes en sus planes futuros.Romero es un empresario poderoso y dicen en los pasillos toreros, que está lanzando carbón al fogón para cocinar la destitución de Eduardo Maruri. Se viene horas difíciles para la institución más popular del país. Sólo falta que termine con el «farolito» en esta etapa. Por Raúl Cruz Molina