En Ecuador hay una «discriminación estructural» hacia niñas y mujeres, según la directora de Plan Internacional en ese país, Rossana Viteri, quien señala entre los principales problemas al acceso a la educación, el embarazo adolescente, la violencia y el trabajo infantil doméstico.
En Ecuador, el 78 % de niñas dijo haber recibido algún tipo de maltrato en sus hogares, y un 41 % en sus escuelas. Además, el 69 % de menores entre 10 y 15 años han sido víctimas de violencia de género, especialmente abuso sexual, según un estudio de entidades locales e internacionales mencionado por Viteri.
Son cifras «de preocupación y alarma general» pues reflejan un Ecuador «que ha normalizado, naturalizado la violencia contra las niñas especialmente, tanto así que nos resulta casi invisible», dijo.
«Hay una discriminación estructural hacia las niñas y mujeres. Lo que está detrás de esto, a más de la invisibilización, es una valoración menor» hacia el género femenino, situación que no es exclusiva de Ecuador, apuntó en entrevista con Efe, con motivo de la celebración, este viernes, del Día Internacional de la Niña.
Ello responde a «sociedades patriarcales que ponen el acento, la valoración en lo masculino» y desde ahí «todo lo femenino se ve como menor, a veces se ridiculiza y las niñas nacen con esa carga», indicó al recordar, como ejemplo, que en una provincia una partera cobraba más dinero cuando nacía un niño.
Plan Internacional, en un trabajo sobre este tema, propició que niñas de nueve provincias se expresaran a través de cartas. En las 1.500 misivas recibidas, en las que la palabra común es «miedo», un 58 % dijo haber sufrido algún tipo de violencia en el hogar, escuela o espacio público.
Hablan de maltrato y abandono de sus padres y miedo, entre otros, a que no las apoyen con los estudios. Viteri se lamentó de que algunos padres sacan de la escuela a las niñas porque creen que no será una buena inversión si al final «se van a casar».
Ello, a pesar de que estudios señalan que «un año de educación extra para niñas significa a futuro un 15 o 20 por ciento más de ingresos. Es decir, la educación de las niñas está directamente relacionada con el desarrollo económico de un país», apuntó.
La inseguridad también se refleja en las cartas. En una de ellas, una pequeña le pide al presidente alumbrado público para que no se la lleve «un señor» en un callejón oscuro como le ocurrió a su amiga cuando caminaban juntas.
Las misivas también revelan el miedo al embarazo, a que «las personas grandes les hagan daño», dijo Viteri al evocar estudios que indican que quienes abusan sexualmente de los niños no son, en su mayoría, personas desconocidas, sino quienes tienen la confianza de los pequeños: están en su familia, en sus barrios.
La preocupación de las niñas ante el acoso escolar también se desprende de las cartas, donde hay relatos de inseguridad.
Un 37 % habla de maltrato psicológico en sus hogares, un 14 % de violencia sexual en lugares cercanos a sus casas y un 74 % dice compartir responsabilidades en tareas domésticas. Una niña, incluso, expresa su esperanza de, «algún día», poder salir a jugar.
El 94 % de las niñas dice haber tenido algún caso de embarazo adolescente cercano, detalló Viteri, quien cree indispensable «más fuerza» en el trabajo con los estamentos de Estado sobre el tema y que se le quite el «tabú» a la sexualidad.
En las dos últimas décadas, el embarazo adolescente en Ecuador ha subido «en un 80 %», dijo.
Viteri relaciona ese incremento con una presión desde los medios de comunicación donde hay «casi un bombardeo de ser adultos más pronto», además de que hay más información sin la suficiente orientación, pero también con «situaciones de abuso sexual» pues no pueden creer que una niña de «12 o 13 años se embarace tomando una decisión afirmativa», subrayó.
La lucha contra el machismo -añadió- es básica en la búsqueda de una sociedad equitativa donde se debe entender la masculinidad relacionada, entre otras, con la responsabilidad.
Aparte de revelar problemas, la campaña de Plan «Por ser niña» destaca también potenciales. Así, el 80 % de quienes escribieron las cartas dijeron que «quieren seguir estudiando».
Ecuador debe asegurarse de que no haya una niña fuera de las escuelas, donde se debe abordar «con seriedad» el tema de la violencia, dijo al recordar que hay comunidades en las que los padres aún «autorizan» a los profesores a «castigar» a sus hijos.
Al segundo aniversario mañana del Día Internacional de la Niña Ecuador llega con avances, pero aún «con mucho por hacer», sostuvo.
«Aspiraríamos -dijo- a que las niñas crezcan, no con miedo sino con autovaloración (…), a que las niñas ecuatorianas no se resignen con poco, que sueñen en grande, que peleen por esos sueños, pero que exista una sociedad que está dispuesta a acompañar esos sueños». EFE