La Policía india detuvo a una madre que supuestamente trataba de vender la virginidad de su hija de 13 años por 1.554 dólares en la localidad de Mumbra, cercana a Bombay, en el suroeste de la India, informaron hoy a Efe fuentes de la investigación.
El rescate de la pequeña se produjo ayer por la tarde en una operación policial en la que fueron arrestados la madre y un conductor de rickshaw -triciclo motorizado que hace las veces de taxi-, dijo el inspector de Policía Vikram Garkund.
El abuso que iba a sufrir la niña se descubrió por casualidad.
El conductor de rickshaw ofreció el jueves a un pasajero una niña para ser desvirgada sin saber que se trataba de un trabajador social, que avisó a la ONG Harmony Foundation, que a su vez se puso en contacto con un jefe de la Policía.
«Si llamas a la comisaría más cercana no te hacen caso. Hay que llamar a altos cargos para lograr la cooperación de la fuerzas de seguridad», dijo a Efe el director de la ONG, Abraham Mathai.
El trabajador social llamó al conductor de rickshaw, quien le pidió 300.000 rupias (4.658 dólares) por la virginidad de la niña y le aseguró que podría conocerla cuando dejase de tener la menstruación, la primera que experimentaba la joven.
«Le dijo que podía que hacer lo que quisiera con la niña», explicó Mathai.
Dos días más tarde y tras regatear el precio a 100.000 rupias (1.554 dólares), el trabajador social y un amigo se encontraron con el conductor, quien tras recibir un adelanto de 10.000 rupias (155 dólares) les condujo a un piso donde esperaba la madre de la pequeña.
Los dos hombres acordaron con la mujer llevarse a la niña y devolverla al día siguiente.
Cuando la madre reclamaba el dinero restante, la Policía, que estaba escondida cerca, hizo acto de presencia y arrestó a la progenitora y al conductor de rickshaw.
La mujer está casada y es madre de cinco hijos, la mayor la niña de trece años a quien trataba de prostituir y el menor un niño de seis meses.
«Este caso es la punta del iceberg. Hay cientos de casos parecidos a este que acaban mal», sentenció Mathai. EFE